ANGEL MENDOZA Y EL CHICOTE QUE PUSO ORDEN A ESTUDIANTES, DOCENTES Y PADRES DE FAMILIA

Historia del Colegio Nacional Aniceto Arce14 de junio de 2025Justyniano PostJustyniano Post
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Foto Diario La Patria

Humberto Apaza Orozco

Por Humberto Apaza Orozco (*)
Angel Mendoza Justiniano era el “maestro de maestros”. El 10 de febrero de 1949 fundó el Colegio Nacional Aniceto Arce y desde entonces, durante 33 años, puso en orden a estudiantes y docentes, pero también a los padres de familia. Muchos probaron el chicote. Hacía doler las nalgas y nadie se quejaba. Aplicaba justicia e imponía disciplina.
Si los hijos obtenían malas calificaciones, al día siguiente debía estar el padre de familia, con quien revisaba las notas “rojas”. Por cada mala calificación, aplicaba el chicote al papá y éste, trataba de justificar, pero no. No había contemplación. Parecía algo increíble. Ninguno hizo denuncia al respecto y todo era normal. Eran otros tiempos.
Angel Mendoza era un hombre amable, cariñoso con los alumnos que se dedicaban a estudiar. Era un hombre serio y personalmente controlaba la puerta, para que los atrasados reciban su “merecido”. El control no solo era para los estudiantes, sino también para los docentes. Por eso, los maestros aprendieron a llegar cinco minutos antes de las 8:00 horas.
No quería organizar ninguna banda de música del colegio. Prefirió mantener contacto con las autoridades del Regimiento Camacho 1 de Artillería, para que los estudiantes aprendan el “paso marcial”, el “paso de ejercicio” o “paso de parada”. Las marchas eran impecables para el 10 de febrero (aniversario de Oruro), el 6 de agosto (día de la fundación de Bolivia) y para cualquier otro acontecimiento.
Los estudiantes eran aplaudidos frenéticamente en la Avenida Cívica, por la impecable formación militar. Para completar el uniforme “caqui” del colegio, eligió un pañuelo rojo amarrado en el cuello. Nadie se quedaba en el edificio de la calle 6 de Octubre, entre Lira y Sargento Flores. Los más pequeños también habían aprendido el paso militar con impecable precisión. “Felicitaciones muchachos. Estoy muy orgulloso de ustedes”, decía Angel Mendoza.
Recomendó: “La primera obligación de ustedes es estudiar y ser hombres de bien”. La formación humanista era importante, pero era el único que se preocupó de la profesionalización temprana en ramas técnicas. Ninguna autoridad educativa podía negarse a autorizar la entrega de títulos de técnicos medios y de bachilleres. Hoy, es todo al revés. Primero piden permiso al Ministro de Educación y éste nunca responde a cualquier iniciativa.
Angel Mendoza Justiniano era beniano. Llegó muy joven a Oruro y se quedó para siempre en el corazón de todos. El “maestro de maestros” murió en febrero de 1979. El chicote de tres lazos de cuero (denominado Kimsa charani, en aymara), se mantenía intacto en el dedo índice de una réplica pequeña del monumento a Aniceto Arce. El 15 de abril de 2010 fue decomisado por una funcionaria de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia del Municipio. Con la nueva Constitución Política del Estado de 2009, se había cambiado totalmente el sistema educativo. A partir de entonces, se prohibió el uso de palos y chicotes para implantar disciplina en los colegios de la ciudad. Se prohibió el cierre de las puertas de colegios a los estudiantes “atrasados”. Primero están los derechos humanos.
“Se prohíbe y sanciona toda forma de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, tanto en la familia como en la sociedad”, manda el artículo 61.1 de la nueva Constitución Política del Estado.
El Colegio Aniceto Arce, durante los primeros años, acogió a los estudiantes de los barrios mineros y zonas marginales de Oruro, cuando Angel Mendoza aplicó una trilogía revolucionaria: Pan, justicia y sabiduría. El colegio recibió la condecoración “La Gran Orden Boliviana de Educación”, porque es el semillero de disciplina, responsabilidad y nobleza.
* Es periodista y abogado

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